martes, 1 de abril de 2008

Autorretrato



Los ojos almendrados, nariz un tanto encorvada y mentón pronunciado son herencia de mi madre. Mis labios algo carnosos, la boca amplia y mi pelo liso de mi padre. La tez trigueña es el único punto de encuentro de mis progenitores.

En mi opinión lo más característico de mi rostro es mi sonrisa y mis pómulos abultados, bueno estos últimos se exagera más cuando adelgazo, situación que en estos momentos no es el caso.

Soy de clavícula huesuda y de pechos bien formados, los que aparecieron tardíamente a los 18 años de edad y ¡me encantan!

Tengo el tronco algo corto y piernas largas las que me permiten ser un poco más alta que el común de las mujeres, me ayudaron además en mis 14 años de deportista empedernida y que hoy “por falta de tiempo” no las entreno.

Creo ser fuerte seis días a la semana, risueña los siete. Me quiebro al colapsar por las banalidades más absurdas del día o por algún oscuro problema. Lamento profundamente mi odio a las matemáticas, pero no concibo la idea de mezclar letras con números.

Soberbia y orgullosa, a veces mandona (muchas veces). De voz ronca y algo aguda, mi poca capacidad para manejar su volumen me ha traído en la vida más de algún problema por su indiscreción.

Entregada por completo a la hora de enamorarme. Esquiva, gozadora y un poquito aprovechadora al estar soltera.

Amiga fiel e incondicional, hermana e hija irritable los días pre-menstruales, tierna y pegote el resto del año. Amo y devoro cualquier tipo de libro. Glotona al almorzar y a la hora del te. Prefiero el color verde antes del rojo, el escote antes de la falda, las zapatillas antes de las botas, el abrigo antes del paraguas, lo salado antes de lo dulce, los besos antes de las caricias y la risa antes del llanto.

Poseo una increíble capacidad para crear mentiras, pero aborrezco usarlas.

Fumadora de tabaco al instante del stress, de marihuana a la hora del relajo y tertulias conversadoras.

Disfruto de los momentos post-fiesta y las seis de la tarde de un día frío de otoño. Me obsesiona el olor de la tierra después de la lluvia y del ajo en el sartén.

Adoro escribir, pero la inspiración la mayoría de las veces llega con la pena. Sueño con ser fotógrafa y por estos días ya se con certeza cual será mi primera exposición. La radiofonía periodística y miscelánea me apasiona pero el atropello de ideas en mi boca me ha traicionado más de una vez.

Leo sagradamente el diario los domingos y siempre trato de no saltarme la sección de economía por saber mi horóscopo. No creo en el tarot ni en las profecías, sin embargo me encanta ser acuariana y que mi elemento sea el aire. Tengo el caminar energético y apresurado, trato de no perderme los detalles o esos momentos pequeños de felicidad fugaz. Me rio a carcajadas y lloro despacito.

No soy rencorosa ni celosa, pero al sentirme amenazada protejo lo que es mío con dientes y uñas. Le tengo un temor infantil a la oscuridad y a las casas viejas. Amo el riesgo de tomar decisiones y enfrento mis errores.

Algunos me definen como un poco copuchenta o intrometida, yo sólo me declaro preguntona, de hecho la duda que en estos momentos salta al revisar este retrato si sera cierto q soy y seguiré siendo asi.

2 comentarios:

antarita dijo...

lindooooooooooo
me encanto... eres totalmente tu!!

solo falo tu terror por los temblores... o note!!!


te re keroooo
y kiero saber de ti!

Eve

Mefistófeles dijo...

huy.... si de verdad parece como un analisis psicologico. jajja.
a lo mas freud.


uy, wuachita rica.
ita- ma linda.
me gusto mucho tu autorretrato.
y sobre todo como lo terminaste.
besos.
te amio muchio.
adieu.